Aroa González es educadora social en Proyecto Conviviendo Vigo, un recurso que Fundación Amigó inauguró en enero de 2018 para favorecer la resolución positiva de los conflictos entre adolescentes y familias con el objetivo de frenar la violencia filio-parental.
¿Cuáles son tus funciones como psicóloga en el Proyecto Conviviendo?
Como psicóloga en el Proyecto Conviviendo mis funciones principales son las de proporcionar a las familias, adultos y menores, estrategias que favorezcan una resolución positiva de los conflictos, así como también un apoyo psicológico durante toda la intervención, que refuerce y permita que las mejorías se mantengan en el tiempo.
Para ello, realizo una valoración inicial de la situación familiar en cada caso, durante las primeras entrevistas, que nos permita establecer el vínculo con los usuarios y usuarias, así como conocer en profundidad cada situación particular. A partir de ahí, se elaboran los objetivos de intervención para cada caso, con el fin de que la convivencia familiar mejore.
¿Qué características tiene las personas usuarias del Proyecto Conviviendo?
En lo que se refiere a las personas usuarias del Proyecto Conviviendo, distinguimos entre los adultos y los menores que forman parte de la unidad de convivencia.
Adultos (padres, madres, tutores legales, otros familiares)
Menores
¿Cómo trabajas en tu día a día?
En el Proyecto Conviviendo Vigo, nuestra forma de trabajo es en equipo, entre las dos profesionales que trabajamos aquí. Nuestro trabajo en el día a día lo realizamos de la siguiente manera:
Por las mañanas, nos encargamos de las labores de gestión de documentos (subvenciones, calidad, …), la revisión de los casos, preparación de las sesiones de intervención, preparación de talleres; y en las fechas prefijadas en la realización de talleres de prevención y sensibilización en los centros educativos. En algunos casos, también concertamos citas con los adultos de la familia, sobre todo en el primer contacto con nuestro proyecto.
Por las tardes, las sesiones con las familias ocupan la mayor parte del tiempo, intentando atender al mayor número de familias posible cada tarde, con sesiones que suelen duran entre una hora o una hora y media. En dichas sesiones, participamos las dos profesionales, buscando siempre tener así una doble perspectiva sobre cada caso. En algunas ocasiones, impartimos charlas de sensibilización para las familias, donde haya sido solicitado.
¿Por qué decidiste dedicarte a trabajar con jóvenes y familias vulnerables?
Porque siempre me ha interesado trabajar con los sectores de la población más vulnerables, en concreto familias y menores, ya que considero que existe una gran necesidad de que éstas sean atendidas, y que tengan el mismo acceso a todo tipo de recursos que posibiliten su desarrollo y bienestar, independientemente de la situación socioeconómica en la que se encuentren.
¿Nos puedes contar alguna de las experiencias más gratificantes que has vivido en el proyecto?
Creo que, a nivel profesional, a pesar de que en Vigo llevamos poco tiempo, podría destacar varios acontecimientos. Por un lado, la buena acogida del recurso en la ciudad, y la demanda de las propias familias con este tipo de problemática, de que necesitaban un recurso como éste. Asimismo, el feedback y seguimiento de las propias familias tras las diferentes intervenciones que realizamos con ellas, está resultando positivo en la mayoría de los casos, lo que aumenta mi satisfacción a nivel profesional. En concreto, ver como algunas familias que han ido adoptando, con esfuerzo e implicación, las pautas que les proporcionamos, van observando pequeñas mejorías en su proceso de intervención y en su convivencia diaria, me motiva en mi puesto de trabajo.
¿Qué valores intentas transmitir en tu día a día?
Creo que uno de los valores principales que intento transmitir en mi forma de trabajo, es la cercanía, ya que considero que es fundamental para trabajar con estas familias poder establecer un vínculo con ellas, y que se sientan cómodos acudiendo al recurso.
Por otro lado, la implicación y el esfuerzo por sacar lo mejor de mí en cada una de las intervenciones, teniendo como meta ayudar en la mejora de la situación familiar, pero sin perder la perspectiva de que se trabaja con personas, y es necesario atender a la individualidad de cada caso. Asimismo, teniendo en cuenta dicha individualidad, considero que en este trabajo es necesario ser realista y asumir que hay factores que se escapan de nuestra intervención (economía, salud mental…).
¿Qué significa para ti trabajar en Fundación Amigó?
Para mi es una gran oportunidad de crecimiento personal y profesional poder trabajar en una entidad especializa en el trabajo con jóvenes y familias en situaciones de riesgo social, ámbito al que siempre me he querido dedicar. Creo que la labor de la Fundación es esencial en la sociedad actual en la que vivimos, y sobre todo trabajar por y para las personas de manera tan próxima considero que es muy enriquecedor.