Una veintena de educadores amigonianos de Madrid, País Vasco y Francia han participado en la primera tanda del XVII curso de Formación Especializado sobre “Mediación Familiar”, que ha tenido lugar en el Centro Cultural de la villa “Santa Clara”, de Portugalete (Vizcaya), los días 3 al 6 de octubre.
Representando a 11 programas de intervención socioeducativa distintos: centros de protección y acogimiento residencial, de acogimiento residencial especializado, de intervención familiar y atención a la violencia filio-parental, de atención a menores extranjeros no acompañados y de intervención con familias, los educadores han recibido 25 horas de formación, en 7 sesiones, sobre el tema señalado.
El curso ha sido impartido por dos psicólogas especialistas en Mediación Familiar: Sonia Guijarro Hinarejos, directora del Grupo de Convivencia “Luis Amigó”, Fundación Amigó en Madrid y Susana Bernal Albilla, mediadora familiar en dicho centro.
Sonia expuso el tema de la “Mediación y Resolución de Conflictos”, dedicando las dos sesiones del lunes 3 y la sesión de mañana del martes 4, con el objetivo de llegar a conocer los diferentes procesos de mediación familiar, comprender el conflicto para manejarlo, conocer y practicar técnicas y habilidades de mediación y practicar a través de role-playing casos de mediación familiar.
En el conflicto trató de distinguir la posición, el interés y la necesidad. El mediador debe encontrar el interés que está debajo de la posición. Debajo de ese interés está la creencia o valor y por debajo están las necesidades. Las necesidades básicas no son negociables, pero sí las creencias, los valores y los intereses. El mediador tiene que encontrar un punto de encuentro para solucionar el conflicto.
Además de los modelos de mediación –tradicional, transformativo y circular- nos habló de las diferentes técnicas y habilidades del mediador, como la comunicación, la escucha activa, la bola de cristal, la paradoja, la representación gráfica, los silencios o establecimientos de pausa, la clarificación de términos o el acercamiento. El mediador debe tener una actitud favorable a la cooperación y buena preparación en mediación.
También habló sobre la mediación familiar y entre iguales. Hay que tener en cuenta los diferentes estilos de relación padres e hijos: autoritarios, permisivos, represivos, explotadores, inhibidos y protectores. Y conocer el proceso de mediación y sus fases: presentación de las partes y el recurso, encuadre del proceso, negociación, redacción y firma del acuerdo y seguimiento.
Susana expuso el tema de la “Intervención educativa y terapéutica para menores y sus familias”, dedicando las sesiones de la tarde del martes, el miércoles 5 y la mañana del último día, con el objetivo de conocer el marco teórico de intervención, las herramientas de evaluación del contexto familiar, las técnicas y habilidades de intervención familiar y los problemas que se le plantean al profesional en la intervención familiar.
Presentó al ser humano como el resultado de lo que nosotros queremos hacer y de lo que los otros desean que hagamos y la historia humana como una historia de amor y colaboración. Analizó los modelos de intervención familiar: psicodinámicos, conductuales, humanistas, cognitivos-constructivistas y ecosistémicos. Y habló de los tipos de familia: aglutinada, desligada y complementaria, y de las dinámicas de interacción: alianzas, coaliciones, relación conyugal y relación fraterna.
Explicó el programa de intervención: la motivación al cambio, las emociones implicadas en el comportamiento, las creencias que lo sustentan y las estrategias de modificación de conducta. Y comentó algunas técnicas de intervención: espacio de encuentro, preguntas reflexivas y circulares, elogio de avances, trabajo con las emociones, rastreo, uso de tareas o externalización, pues el problema es el problema y la persona no es el problema.
Habló de la entrevista motivacional y de la motivación al cambio. De los niveles, procesos y estadíos del cambio. De las fases de precontemplación, contemplación, preparación para la acción, acción, mantenimiento y la recaída y finalización. Y dedicamos un tiempo a realizar nuestro genograma y comprobar las complejas relaciones familiares y cómo los conflictos están relacionados con el contexto familiar y su evolución a través del tiempo.
El desarrollo del curso ha sido ágil, ameno y dinámico. Las ponentes han utilizado dinámicas variadas y el grupo ha respondido positivamente. Además de la información y los nuevos conocimientos, se ha posibilitado el análisis, la reflexión y el debate sobre casos prácticos y se han podido realizar prácticas de mediación en grupos entre los participantes. Siempre con el objetivo de tomar conciencia del problema familiar, asumir su capacidad de cambio y participar activamente en la intervención.