Vanessa Tuñas trabaja en Fundación Amigó y desde febrero de 2017 forma parte del equipo del proyecto Familia Educa, un recurso que iniciamos en A Coruña en mayo de 2017.
¿Qué es el Proyecto Familia Educa?
Es un recurso gratuito y voluntario que se desarrolla en A Coruña con una intervención socioeducativa y psicosocial para dar una respuesta especializada a niño, niñas, jóvenes y sus familias (en especial monomarentales) que tienen dificultades en su proceso de socialización y de integración social por motivos de nacionalidad/cultura u otros factores de riesgo, como escasez de recursos, dificultades laborales o factores demográficos.
Estas dificultades adaptativas pueden provocar exclusión social o falta de arraigo en la sociedad de acogida. Desde el proyecto Familia Educa promovemos la inclusión social de los niños, niñas, jóvenes y sus familias mediante diferentes actividades y a través de un acompañamiento especializado en todo el proceso de socialización.
¿Cuáles son tus funciones como parte del equipo educativo del Hogar?
Soy educadora social y entre las funciones que realizo destacan el formar parte de todo el proceso de intervención de los niños/as y sus familias (valoración, detección de necesidades, desarrollar actividades, hacer un seguimiento individualizado de los/as niños/as,…). Pero en especial me encargo de la dinamización de grupos y actividades con los/as niños/as y jóvenes: talleres de actividades de ocio con las familias para fomentar el vínculo entre ellos/as y sus progenitores, campamentos, talleres socioeducativos para adolescentes, intervención y acompañamiento directo a los/as usuarios/as, etc. Por otra parte realizo tareas de gestión, ya que también es una parte importante de mi trabajo.
¿Qué perfiles tienen los chicos y chicas?
Los niños y niñas atendidos/as son miembros de la familias especialmente vulnerables, con amplias jornadas laborales de los progenitores y pasan mucho tiempo sin una supervisión idónea; como consecuencia, se aprecia un incumplimiento de las normas básicas del hogar (horarios y rutinas) y un uso inadecuado del tiempo de ocio. También se observan ciertas carencias afectivas que pueden ser un factor de riesgo para su desarrollo futuro.
Los/as adolescentes, tienen ciertos factores de riesgo, como absentismo/abandono escolar, baja motivación, déficit de habilidades sociales, baja autoestima, consumos de sustancias y problemas relacionales tanto entre iguales como con figuras de autoridad.
¿Cómo se trabaja con los chicos/as y familias para mejorar la situación?
El trabajo en el proyecto Familia Educa tiene como eje vertebrador la Pedagogía Amigoniana. Es decir, está basado en la “pedagogía del día a día” y de la cercanía. Nuestro trabajo es por y para los/as jóvenes. Les acompañamos durante todo el proceso de adaptación, ayudándoles a adquirir las herramientas y la seguridad en sí mismos para hacer frente a situaciones difíciles y potenciar su desarrollo personal. Se trata de una intervención individualizada centrada en la persona, que busca que los menores sean protagonistas de su propio proceso de crecimiento mediante el aprendizaje de hábitos saludables y la adquisición de valores sólidos que les ayuden en su propio desarrollo.
¿Cómo trabajas en tu día a día?
La piedra angular de mi trabajo es la cercanía con todos los/as niños/as, jóvenes y familias. Somos como una pequeña gran familia: la Familia Amigoniana en Coruña. Nuestra puerta siempre está abierta para ayudar a los/as jóvenes y sus familias. La base de nuestra intervención es que las personas con las que trabajamos sientan que el proyecto Familia Educa les pertenece a ellos/as.
¿Por qué decidiste dedicarte a trabajar en el ámbito social?
Fue una decisión puramente vocacional. Me apasiona el trato con la gente e intentar ayudar a los demás, así que la respuesta estaba clara: me quería dedicar a una profesión en el ámbito social. ¡Tenemos que cambiar las cosas!
Mi motor cada mañana es saber que puedo marcar la diferencia en la vida de las personas. Me siento muy afortunada de poder hacer de mi vocación, mi profesión. Esa es la verdadera lotería que te puede tocar en la vida, que tengas la suerte de dedicarte a lo que te apasiona.
¿Nos puedes contar alguna de las experiencias más gratificantes que hayas vivido en el proyecto?
La verdad es que han sido muchas experiencias gratificantes y de todas ellas guardo un recuerdo especial. Pero quizás, una de las que más me han marcado ha sido la de un adolescente que llegó al recurso en una situación de riesgo especialmente delicada: abandono escolar, consumos, problemas de comportamiento en el seno de la familia, etc. Fue lo suficientemente generoso para dejarnos entrar en su vida y hoy en día que me emociono cuando viene a visitarnos o nos hace una llamada para contarnos lo bien que le van las cosas. Nos tiene presentes siempre como un referente. Para mi, el poder tocar la vida de las personas tan directamente y poder ayudarles a encontrar su camino es el mejor de los regalos.
¿Qué valores intentas transmitir en tu día a día?
El entusiasmo, las ganas de mejorar, el no tirar la toalla, el valor del esfuerzo, la importancia de la familia como eje vertebrador de la sociedad y sobre todo…¡la alegría de vivir! Todo tiene su parte positiva, aunque a veces cueste verla.
¿Qué significa para ti trabajar en Fundación Amigó?
Mi trabajo me ha ayudado a crecer como persona y como profesional. Todos los días aprendo algo nuevo; todos los días tengo la posibilidad de trabajar con un equipo de profesionales que más que compañeras, son mi segunda familia. No todo el mundo tiene la suerte de poder decir esto. Mis compañeras son fantásticas y el jefe/coordinador espectacular.
Creo que el trabajo que realizamos desde Coruña es posible porque somos un equipo que nos complementamos muy bien, comentamos lo que podemos mejorar entre nosotras/as y esto es algo muy positivo porque podemos mejorar, no podemos olvidarnos que trabajamos con personas, y si nuestro trabajo lo intentamos hacer lo mejor posible ellas son las máximas beneficiarias. Dar por hecho que tu trabajo está bien y no cabe posibilidad de mejora para mí es algo negativo, porque siempre se puede mejorar. Mis compañeras/os y los/as usuarios/as en los diferentes proyectos me lo están enseñando.
La respuesta a ¿qué significa para ti trabajar en Fundación Amigó? Pues aprender día a día disfrutando de lo que hago.