David Jimeno trabaja en Fundación Amigó desde hace un año y tres meses y actualmente forma parte del equipo del Hogar de Emancipación Gandía, una extensión del Hogar Buenavista que tiene el objetivo de atender a jóvenes migrantes sin referentes familiares para que alcancen una autonomía plena.
¿Qué es el Hogar de Emancipación Gandía?
Se trata de un recurso mediante el cual tratamos de poder culminar el proceso de emancipación y autonomía previamente trabajado desde el Hogar Buenavista en El Real de Gandía (Valencia), con el que dotamos de las herramientas necesarias a los chicos para que puedan lograr una plena inserción sociolaboral y una emancipación personal adecuada.
¿Cuáles son tus funciones como parte del equipo educativo del Hogar?
Soy el nexo de unión en materia socioeducativa y laboral entre el Hogar Buenavista y el Centro de Inserción Sociolaboral Amigó en Torrent (Valencia), con los que se trabaja en constante colaboración para el beneficio de los chavales usuarios del recurso.
Además, realizo las labores de intervención social con los chicos del Hogar de Emancipación, participación en talleres y dinámicas de alfabetización y persona referente para nuestros participantes en el proyecto.
Trato también de solucionar cualquier gestión de índole administrativa, educativa o social de los muchachos, siempre en equipo con mis compañeros, bien del Hogar Buenavista, CISLA o de las instituciones externas al recurso, que tienen relación de algún tipo con los usuarios del proyecto, para solventar y apropiar la situación de todos y cada uno de ellos.
¿Qué perfiles tienen los chicos y chicas?
La naturaleza de nuestros chicos se caracteriza por pertenecer a la cultura árabe, todos ellos son jóvenes extutelados que salen del Hogar Buenavista al cumplir la mayoría de edad y con los que se ha trabajado en un proceso de autonomía que tratamos de culminar con su estancia en este Hogar de Emancipación, donde trabajamos con los chicos, todos ellos varones de 18 años, para tratar de lograr su estabilidad personal y una emancipación real. Ahora mismo, tenemos capacidad para atender a 6 chicos en este Hogar de Emancipación.
¿Cómo se trabaja con los chicos y chicas para conseguir crear un ambiente familiar y darles el acompañamiento necesario para que consigan su autonomía plena?
La estancia en el Hogar de Emancipación Gandía consta de tres fases. Una primera fase de acompañamiento, en la que puntualizamos una serie de acciones recurrentes en el día a día de los chicos que entran en el hogar, como podría ser, cocinar, gestión de necesidades, turnos rotativos de limpiezas y autogestión de las tareas propias de los chicos, autogestión de abono transportes, citas médicas o en extranjería o realizar las gestiones pertinentes para contratar una cuenta bancaria, por ejemplo.
La segunda fase, que en ocasiones se compatibiliza con la primera, de participación en sus IPI (itinerarios personalizados de inserción), para que se formen en las diferentes disciplinas o áreas que ellos mismos han preferido por propio interés.
La tercera y última fase del proyecto, consiste en dotar al chico de las herramientas necesarias para poder buscar su emancipación propia en forma de estabilidad personal y autonomía propia, facilitando su salida del hogar y dotándole de las posibilidades necesarias para poder establecerse en su propia vivienda o espacio personal en las mejores condiciones.
¿Cómo trabajas en tu día a día?
Contamos con la colaboración de nuestra compañera Alba, quien hace las veces también de Educadora Social tanto aquí en el Hogar de Emancipación, como en el Hogar Buenavista, para que los chicos se sientan protegidos, ayudados y que cuenten con referentes que previamente ya habían tratado y con los que puedan tener confianza y crear un vínculo más allá de la relación educador-educando.
Siempre tratamos a los chicos desde la cercanía y el buen humor, siendo estrictos cuando es necesario, de forma que ellos mismos puedan ser conscientes de la situación de riesgo de disocialización que este tipo de usuario puede sufrir de primera mano, y más con la actual situación sanitaria en la que nos encontramos, la cual dificulta muchos aspectos, tanto para ellos como para nosotros.
En relación con la situación a la que aludimos, los chicos se encuentran en el hogar de forma rotativa por deber acudir a sus recursos externos o tener que realizar prácticas laborales o estancias formativas, por lo que delegamos en ellos para ciertos aspectos como responsables internos de ciertas áreas. Por ejemplo, existe un responsable de limpiezas, quien gestiona que los chicos limpien a diario o si se han realizado de forma correcta dichas limpiezas. Otro responsable de cocina, quien gestiona las necesidades en materia de comida y compras, y envía, según turnos rotativos al chico correspondiente al supermercado, carnicería o frutería según le toque a cada uno. De esta forma, todos se implican en los quehaceres y se responsabilizan de un rol concreto que vamos cambiando cada cierto tiempo para que no se estanquen y mejoren en otras disciplinas.
El tiempo que estamos con ellos, realizamos dinámicas y forums de alfabetización para mejorar el castellano, asambleas donde valoramos y evaluamos de forma conjunta qué se ha hecho bien y mal durante la semana o trabajamos en talleres de cocina, orientación laboral o concursos de Kahoot para dinamizar su estancia y evitar situaciones o costumbre sedentarias. De esta forma, pretendemos que nos vean como un participante más en cada una de las dinámicas que realizamos.
Tratamos también de gestionar nuestro tiempo fuera del hogar como encargados de inserción sociolaboral en el que hacemos visitas a empresas que se puedan ajustar a nuestro perfil de usuario y presentar el proyecto para expandirlo en la zona de la Safor.
Así, según los horarios de cada chaval, podemos pasar tiempo con ellos para agrandar el vínculo y la confianza. Considero, personalmente, que el humor es una herramienta socioeducativa muy poderosa en la intervención social.
¿Por qué decidiste dedicarte a trabajar en el ámbito social?
He trabajado en diferentes ámbitos de la educación social y creo que en todos ellos he tratado de generar un cambio positivo en las personas con las que he colaborado. Tratar de contribuir al desarrollo social de las personas, a positivizar ese cambio, es algo que catalogaría de gratificante, no solo para la persona a la que ayudas, sino también para ti como ser humano. Creo que todos y todas merecemos una oportunidad en nuestra vida, y debemos tener la suficiente conciencia social para saber que hay gente que realmente necesita de nuestra ayuda y que debemos prestar la atención adecuada como profesionales, ayudando a encontrar esta oportunidad a todo aquel que la necesite.
¿Nos puedes contar alguna de las experiencias más gratificantes que hayas vivido en el Hogar de Emancipación?
Hay muchas situaciones que denotan cierto grado de gratificación desde que en enero del presente año comenzamos a rodar con el proyecto. Desde la recogida de todo chaval en el Hogar Buenavista para su ingreso en el Hogar de Emancipación, ya que este Hogar es una extensión de Buenavista, hasta las sesiones de deberes y entregas telemáticas durante el confinamiento. Pero si tuviese que quedarme con una sensación, es la de saber que dos chicos con los que hemos estado conviviendo en el Hogar, fueron derivados a un piso de la Red Externa de Emancipación de Conselleria por su buen hacer tanto en el Hogar Buenavista como en el Hogar de Emancipación, su compromiso para con el proyecto personal de vida que ellos mismos han forjado y haber sido seleccionados de entre muchos chicos por su constante grado de mejora personal. Es como si entrenas a un equipo de fútbol y a dos de tus chicos los convoca la selección española. Verles la cara y el ambiente que se respiraba en el Hogar cuando volvieron de la segunda entrevista es algo que no cambio por nada. Creo que me quedaría con esa sensación de felicidad de los chicos.
¿Qué valores intentas transmitir en tu día a día?
Si hay algo que les tratamos de trasmitir a los chicos es que traten de hacer las cosas bien y que sean respetuosos, educados y cumplidores con sus respectivos compromisos educativos y laborales. La empatía es la nota predominante en un colectivo que se arropa bastante entre ellos mismos como es el nuestro, por lo que la tolerancia hacia el resto y la conciencia social es algo que también intentamos transmitir. Siempre les digo que deben tratar a la gente como les gustaría que les trataran a ellos. Creo que en ello estamos.
¿Qué significa para ti trabajar en Fundación Amigó?
La Fundación Amigó está formada por un grupo de personas y profesionales con una calidad humana indescriptible. Esto te hace impregnarte de ese ambiente de buen hacer y te dota de ganas y herramientas para optimizar nuestra labor diaria. Creo que esto es crucial para la buena intervención social y a las pruebas me remito. Para mi formar parte de la Fundación Amigó, significa poder formar parte del engranaje presente y futuro de diferentes personas que en un futuro puedan tener un buen recuerdo de nosotros.